viernes, 4 de diciembre de 2009

Museo BMW: el hogar de la innovación

Los más importantes modelos a lo largo de los 90 años de la extensa trayectoria de la marca bávara se encuentran expuestos en uno de los espacios arquitectónicos más futuristas realizado a comienzos de los años setenta, entre 1970 y 1972 para ser más exactos.
Realizado en Munich, el Museo BMW lejos de ser un museo tradicional en su diseño basa su arquitectura en la tecnología futurista expresada por el arquitecto Kart Schwanzer, quien planificó esta galería de la automoción siguiendo el ejemplo de una “carrocería autoportante”.
De este modo, una gigantesca copa de hormigón soporta una estructura circular o techo, que se encuentra unida por uno de sus lados al gigantesco rascacielos de la administración de BMW. Los cuatro cilindros exteriores que configuran este espectacular edificio muestran en uno de sus costados el acceso al museo.
En la planta baja se encuentra la recepción, un restaurante y una sala tapizada de vitrinas, destinada a acoger todos los productos de la boutique, que la marca bávara pone a disposición del visitante. Desde modelos a escala, pasando por llaveros, plumas, ropa,… no falta de nada para el deleite de los aficionados a BMW.
Una vez que el visitante ha adquirido la entrada comienza la visita en ascenso por una vía que conduce a cada uno de los cuatro niveles que configuran el museo.
Primera planta: los orígenes
Nada más entrar el primer modelo que llama la atención y que se encuentra en una plataforma movible es el Wartburg, un carruaje motorizado fabricado en Eisenach en los años 1898-1900. Este automóvil contaba con un motor bicilíndrico de 449 cc que lo impulsa a 3 CV de potencia a 1.100 rpm, logrando una velocidad de 50 km/h.
Durante el ascenso a cada planta se encuentran colgados unos carteles representativos en los que se observa el desarrollo de la movilidad desde finales de siglo hasta hoy, a través de la moto, el automóvil, la navegación, el ferrocarril y la aviación.
Para BMW la motocicleta representa un apartado fundamental en su historia, motivo por el que destaca la 500 cc compresor de Ernst Henne de 1935, que estableció 76 marcas mundiales. El alemán Henne fue uno de los primeros en rebasar los 200 km/h, en concreto en 1919 tras lograr una velocidad de 216 km/h.

Otro importante ejemplar de los años 1936 a 1940 lo encontramos en la 500 cc de 55 CV de Schorsch Meier con la que se adjudicó la victoria en el Senior Tourist Trophy en la Isla de Man en Inglaterra. Esta fue la primera victoria de un piloto no inglés al manillar de una motocicleta extranjera.
Acompañando a estas joyas se encuentra el afamado BMW 328, un bólido desarrollado específicamente para la competición, que con el paso del tiempo se convertiría en uno de los más codiciados. De este estilizado deportivo, cuyo mayor triunfo fue la “Mille Miglia” de 1940, la marca bávara sólo construyó 464 unidades.
Antes de alcanzar la primera planta se encuentra expuesta la motocicleta de 500 cc con sidecar, la moto con la que el tándem compuesto por Wilhelm Noll y Fritz Cron gana para BMW el primer título mundial en la competición de sidecar en 1954, tras establecer una velocidad de 280,22 km/h. Durante el recorrido no faltan las referencias al mundo de la aviación, donde se encuentran expuestos los motores 801 de 14 cilindros con hélice de 1939. También se encuentra el motor de cinco cilindros dispuesto en forma de estrella en los años 1931 y 1932.
El camino hacia el automóvil
En la segunda plataforma se encuentra expuesto el Dixi 3/15 CV, el primer automóvil con el que BMW entró en el sector del automoción. Realizado en la fábrica de Eisenach entre 1928 y 1932 porta un motor de cuatro cilindros de 743 cc y una potencia de 15 CV a 3.000 rpm, que le permitía alcanzar una velocidad entre 75 y 85 km/h. Dicho vehículo ya fue fabricado bajo licencia Austin y BMW lo comercializó en Estados Unidos bajo el nombre de Bantam.
A su lado encontramos el sucesor del Dixi que bajo el nombre de AM4 es la versión Munich de cuatro velocidades. Este fue el primer automóvil desarrollado por BMW en Munich y entre sus innovaciones mecánicas destacaba su motor con válvulas suspendidas y doble cadena para el mando del árbol de levas, en lugar de piñones de hierro fundido que lo hacía más ruidoso.Continuando el recorrido se encuentra el 303, un sedan nacido entre los años 1933 y 1934, que contaba con bastidor de tubos soldados, suspensión delantera independiente y una eficaz dirección de cremallera. De este modelo se produjeron un total de 2.310 unidades. También se encuentra el 315/1, un roadster nacido entre 1934 y 1936 que gozó de gran reputación en Inglaterra y encandiló a toda Europa.
Acompañando a este modelo se encuentra la R 75. Desarrollada por el ejército alemán esta moto con sidecar contaba con una transmisión preparada para afronta cualquier tipo de terreno, ya que contaba con cuatro velocidades para carretera, otras cuatro para terreno agreste, más dos de marcha atrás. Este particular cambio permitía a este vehículo de tres ruedas remontar inclinaciones de hasta 40 grados y realizar vadeos de hasta 35 centímetros de profundidad.
También luce palmito el 326, uno de los vehículos de mayor aceptación en los años 30 al fabricarse nada menos que 6.973 unidades. Este BMW de seis cilindros, que haría acto de aparición en el Salón de Berlín de 1936, sería el primer vehículo con carrocería de cuatro puertas.
En la ruta también se encuentra el encantador Isetta de los años 50. Siete años después de su aparición se lanzó el 600, una versión mejorada con capacidad para cuatro ocupantes.
No puede faltar en esta fascinante exposición de máquinas rodantes de la marca bávara el precursor del Z8, el 507 de 1956. Con una carrocería de construcción ligera realizada por el conde Albrecht Goertz, este convertible con capota de lona y techo duro opcional era capaz de alcanzar los 200 km/h, gracias a su potente motor V8 de 150 cv. Entre las personalidades que adquirieron este lujoso cabrio se encontraba el rey del “Rack-n-Roll”, Elvis Presley, quien manejara esta este automóvil de ensueño del que sólo se realizaron 252 unidades.
Tampoco falta en la exposición la R 69, la motocicleta más rápida de la Alemania de 1960, gracias a su eficaz bastidor y buen hacer de su motor bicilíndrico de 594 cc, que le otorgaba unas buenas prestaciones.

Durante la ruta encontramos varios modelos como el 700 de 1960 con carrocería autoportante del diseñador Giovanni Mochelotti, así como los primeros modelos de la nueva clase que se inicia con el 1.500, un deportivo funcional, compacto y versátil al que le seguiría el 3.0 CS, un atractivo coupé que debutaría en la primavera de 1971.
Avanzando hacia la siguiente plataforma llegamos a los nuevos desarrollos producidos por la marca germana como la transmisión eléctrica, el reciclaje de las unidades y las nuevas alternativas ecológicas como las empleadas con los motores de hidrógeno, una tecnología que BMW lleva empleando desde los años 70.

El poder de la innovación
En el tercer nivel encontramos una maqueta seccionada de un 750iL de 1987 con motor de aleación ligera de 12 cilindros de 5 litros y 300 CV de potencia. Aquí se se destaca el papel que juega la electrónica en cuatro puntos importantes del vehículo: dinamismo de marcha, ecología, confort de marcha y seguridad.
También se encuentra en este nivel la K 100, la primera motocicleta del mundo dotada con sistema antibloqueo de frenos o ABS. Junto a este se muestra el motor de 12 cilindros con el que BMW recibió el galardón de la Asociación Alemana de Industrias por su estética y diseño.
Un futuro muy prometedor
En el último piso nos encontramos en un ambiente donde el futuro es el principal protagonista. De hecho muestra una motocicleta experimental y concepto totalmente nuevo. Junto a esta precursora máquina de dos ruedas se encuentra el futuro del automóvil interpretado por BMW tanto en lo que concierne a carrocería, como habitáculo o motor. Dicha máquina se puede experimentar a través de un simulador virtual.

http://www.bmw-museum.de/



Extraido de club bmw m